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Aunque podamos pensar que un tipo de lubricante es igualmente válido para toda nuestra bicicleta, lo cierto es que debemos diferenciar entre el uso de la cera y el aceite para los diferentes componentes. Hoy queremos centrarnos en la cadena de la bici, pero debes saber que cada una de las partes tiene unas necesidades concretas.

Es fundamental mantener nuestra bicicleta de forma adecuada, especialmente en las zonas móviles que están constantemente activas. Por eso no podemos utilizar cualquier tipo de lubricante, ya que cada zona tiene unos requerimientos específicos y debemos diferenciar entre aceite o cera.

Debemos elegir el tipo de lubricante en función del uso de nuestra bicicleta. No es lo mismo el sur de España, más soleado y cálido; que el norte, donde hay más barro lluvia. Tampoco es lo mismo el invierno que el verano, ya que el polvo o la humedad son diferentes.

Pero lo más importante antes de ponernos a engrasar la bicicleta es limpiarla y secarla después de cada salida. No debemos nunca guardarla sucia, llena de polvo o de barro, y limitarlos a echarle grasa a la cadena justo antes de salir a la montaña. Si quieres saber más sobre las bicicletas de montaña y sus accesorios, da una vuelta por nuestra página web.

¿Aceite o cera para la cadena de la bici?

Esto es una pregunta que suelen hacernos mucho, y que ya hemos dado alguna pincelada anteriormente en el blog. Como decíamos cuando hablábamos de las reparaciones más habituales de una bicicleta, para mantener una cadena en el mejor estado posible es necesario lubricarla. ¿Cómo?

Pues el aceite es seguramente el lubricante más utilizado, ya que se aplica en diferentes zonas de la montura. Hoy en día es habitual encontrar aceites específicos para cada parte de la bici, diferenciando también entre invierno o verano (ambientes secos y húmedos, como ya hemos comentado).

Pero existe un tipo de lubricante que es específico para la cadena: la cera. Se trata de un tipo muy específico de aceite seco, que únicamente utilizaremos en la cadena. Tiene una base de agua y productos derivados de la parafina con origen natural, en lugar de las partículas cerámicas de otros aceites.

Dependiendo del porcentaje de agua será más o menos denso, pero lo importantes es que el agua terminará evaporándose. En ese momento, el resto de componentes se quedarán adheridos a los eslabones de la cadena y los protegerán del polvo y el propio uso habitual.

Tiene mayor durabilidad como lubricante que el aceite cerámico, y también repele el polvo (aunque no con la misma fluidez). Por eso debemos prestar atención en nuestras salidas más sucias, ya que la cadena puede quedar polvorienta y tendremos que limpiarla a fondo cuando lleguemos a casa.

Como decimos, el agua debe evaporarse para que funcione de manera correcta, por lo que nunca debemos aplicar la cera justo antes de salir. Lo mejor, como ya hemos comentado al principio; es limpiar, secar y engrasar la bicicleta después de cada salida. Así tendremos lista nuestra compañera para volver a las pistas en cualquier momento.

Si quieres mejorar todavía más las prestaciones de la cera, lo que puedes hacer es aplicar una primera capa generosa al llegar a casa, cuando limpies y seques la cadena. Retira el exceso con un trapo o un papel y, cuando vayas a salir de nuevo en ruta, echa una pequeña capa un par de horas antes de empezar a correr.

Como habrás visto, la mejor solución para mantener tu cadena de la bici activa mucho tiempo es elegir la cera sobre el aceite. Sus componentes ayudarán a que los eslabones trabajen perfectamente y la protegerán de los diferentes contratiempos. ¡Pregúntanos cualquier duda si lo necesitas!

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